Esos fines de semana en los que tomas pasta hoy, pasta mañana y tomarías pasta todos los días de tu vida.
En las tiendas turcas (de Londres) es muy normal encontrar una pasta de pimiento rojo que parece de lo más cotidiano; como las latas de tomate en España. No es como la carne de pimiento choricero, es más suave, como una passata de pimiento. La venden hasta en grandes tarros de varios kilos, de la marca Önzü o la del pingüino (Penguen), como en este caso. Es muy socorrida ya que no necesita apenas cocción así que te montas un festín en un instante.
Spaghetti con pasta de pimiento, mucha pimienta negra y hojas de menta fresca. Como no tenía una cucharadita de yogur natural para seguir con el tema turco, le puse una buena porción de mantequilla.
Penne con longaniza aragonesa, cebolla tostada y piñones (y un poquitín de nuez moscada).
Estos eran más vicio que otra cosa; entre bocado y bocado de pasta te caía un trozo de longaniza, sabrosa, grasienta y salada.
Cerveza Ale Fuller’s 1845
Y algunas otras para la colección, esperando su turno.
La verdad es que estoy por poner una categoría «Ale» en el blog, ya que últimamente no hago más que encontrarme con fantásticas cervezas, ya sean catalanas o británicas.
Esta 1845 (madurada durante 100 días en botella antes de ponerse a la venta) apenas es amarga, es todo sabor, cereal y un toque afrutado increíble. La cenamos anteayer con una serie de variaciones y combinaciones de: buen pan de centeno, buen pan de trigo, aguacate, salmón del Atlántico, salmón del Pacífico, queso Philadelphia, mantequilla, anchoas y vuelta a empezar.