Hecho a mano, de Dan Lepard

Ha llegado el momento: The handmade loaf se ha convertido, por fin, en Hecho a mano.

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El libro de Dan Lepard nos ha servido de faro a muchos, nos ha enseñado a hacer pan y a amar el pan y a las gentes que lo elaboran. Es uno de esos libros de los que nunca te quieres separar mucho y que nunca te cansas de mirar; de esos que dejas aparcados unos meses, y al abrirlo te vuelves a sorprender con lo mucho que enseña, con su inagotable repertorio de recetas, técnicas e ideas.

Han pasado los meses desde que terminé de traducir el libro y ahora ya se puede comprar en la página de The Glutton Club (quien, junto a Leqtor, ha tenido la gran idea de publicarlo en español). Para abrir boca, te puedes bajar en PDF la introducción (todo un canto de amor al pan) y un capítulo (La masa madre).

Al traducir The handmade loaf he podido redescubrir en todo su alcance esta joya que había leído una y mil veces. Me he dado cuenta, con asombro, de la profundidad técnica de las enseñanzas de Lepard y, sobre todo, de cómo enseña las cosas sin apenas darse importancia, dejando deslizar en sus explicaciones conceptos clave sin abrumarte con tecnicismos innecesarios ni frases pomposas. Para mí The handmade loaf siempre había sobresalido por su amor al pan, siempre lo he definido como «un gran libro de amor que casualmente trata de pan» (pero que sería un gran libro tratara de lo que tratara). No obstante, en las semanas empleadas en su traducción, mientras me sumergía en diccionarios y manuales, recordé muchos otros libros de pan que he leído y volví a entender por qué este siempre ha sido mi libro favorito. Mi ejemplar de The handmade loaf está viejo y sobado, mi nuevo ejemplar de Hecho a mano está impecable y huele a libro nuevo. Por un lado sé que jamás será como el original, pero me alegra pensar que permitirá a mucha gente viajar al mágico mundo al que yo viajé con asombro hace años: conocer los secretos de la masa madre, las recetas con los ingredientes más variados, las tradiciones de otros lugares y sus gentes; conocer a Vasyl y los cerdos felices en Ucrania; al panadero Franz Stricker y su bello horno en Múnich; a Camilla Plum y Eva Hauch en Dinamarca (y sus historias de pan y masas madre centenarias); la panetteria y latteria de las hermanas Bera en Turín; los panecillos que elabora Nicolas Berger en el Plaza Athenée de París, el panecillo más imitado del mundo con sus delicadas puntas tostadas; o simplemente el amor a la tierra de Donnie MacLeod o Farjat y Saodat, ya sea en Escocia o Uzbekistán.

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Por suerte, las imágenes de Lepard no necesitan traducción, las fotos hechas con su vieja Canon de película son de las que se te quedan grabadas; imágenes que sabes que te acompañarán siempre. Algunos de los panaderos retratados trabajan ahora en otras panaderías, y es más que posible que algunas de las gentes que asoman sonrientes entre las páginas ya no estén aquí, pero la magia de este libro es que ha sido capaz de crear un mundo único e imperecedero; un lugar del alma al que regresar siempre a por buen pan y buenas historias.

Para la gente que ama el pan es una suerte que exista gente como Lepard y libros como Hecho a mano; por mi parte, me siento inmensamente honrado por haber podido contribuir a que esta joya ilumine, a partir de ahora, a los panaderos hispanohablantes.

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Cómo hacer masa madre, en vídeo y con preguntas habituales

Tras varios posts, hilos en El foro del pan y otras iniciativas varias sobre cómo elaborar una masa madre (como retransmitir la elaboración de la masa madre «en directo» por internet, en Utoi, lástima que parece que ya no funcionan los enlaces), me he decidido a hacer un vídeo con todo el proceso, paso a paso, mostrando cada una de las imágenes, los gestos, las texturas del proceso, con la idea de ayudar a la gente que tiene en mente ponerse a hacer una masa madre.

Además, quiero hacer una lista (en constante movimiento) donde queden las preguntas más habituales que rodean a este proceso. Si tenéis ideas de buenas preguntas que ayuden a aclarar el proceso, podéis sugerirlas en el hilo abierto al respecto en El foro del pan para que se incorporen a esta lista.


Con el tiempo mi idea es hacer un vídeo y una lista similar sobre cómo hacer un primer pan con masa madre.

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Preguntas habituales
Es importante observar, oler, tocar la masa durante el proceso. Es una información muy útil para ver su desarrollo y aprender cómo se comporta (además del mero interés científico y la emoción del experimento). Olvidad las fotos que hayáis visto, no os obsesionéis con el tamaño de las burbujitas ni nada. Simplemente dejad que la naturaleza siga su paso. Tan sólo necesitamos pacienciaobservación. Un par de consideraciones importantes.
– Todos los tiempos y cantidades pueden variar dependiendo de la temperatura y las circunstancias de cada caso.
– La paciencia es fundamental, mantener un poco de confianza en el éxito del proceso y completar los 5 ó 6 días de proceso, aunque al de 2 ó 3 no parezca que la cosa va bien. Más del 95% de las miles de personas con las que he hablado sobre masas madre habían tirado un proyecto de madre en perfecto estado, simplemente por falta de paciencia o desconocimiento de los resultados.

1. ¿El proceso se hace en la nevera o a temperatura ambiente? ¿Y a qué temperatura?
2. ¿Sólo hay que echar harina y agua? ¿No puedo echar otros ingredientes como frutas, miel, yogur, etc.?
3. ¿Se puede hacer la masa madre con harina blanca u otros tipos de harina?
4. ¿Hay que usar centeno?
5. ¿La harina blanca tiene que ser de fuerza?
6. ¿Hay que tapar el bote?
7. ¿Qué pasa si a la masa madre le sale una capa de líquido por encima?
8. A mi masa madre le ha salido una costra por encima.
9. ¿Qué pasa si parece que no hay actividad?
10. Mi masa madre ha subido y ha bajado, ¿se ha muerto?
11. Mi masa madre estaba ya casi lista pero ahora sólo tiene burbujitas pequeñas.
12 .Ya tengo la masa madre lista. ¿Qué hago ahora?
13. Ya tengo la masa madre, quiero hacer pan, ¿cómo lo hago?
14. He guardado la masa madre en la nevera y parece muy ácida, ¿qué hago? ¿Tengo que refrescarla cada semana?

1. ¿El proceso se hace en la nevera o a temperatura ambiente? ¿Y a qué temperatura?
A temperatura ambiente, de casa. Normalmente vivimos entre los 18 y los 25 grados a gusto; la masa madre también. Por debajo está perezosa, por encima va a un ritmo muy rápido. Por eso en invierno tardarás un poco más que en verano en completar el proceso, si vives en un sitio cálido el proceso puede tardar menos. Las imágenes están grabadas a principios de septiembre en el norte de España, algo por encima de los 20º, sin pasar de los 25º; pero he hecho madres con el mismo resultado en el invierno del mediterráneo sobre los 18º. La temperatura, a menos que sea extrema, no es un problema.

2. ¿Sólo hay que echar harina y agua? ¿No puedo echar otros ingredientes como frutas, miel, yogur, etc.?
La harina contiene las suficientes levaduras para iniciar una masa madre, como se aprecia en las imágenes. Hay infinidad de maneras de hacer una masa madre, muchas usan ingredientes como los mencionados (u otros de lo más pintoresco). Intenta conseguir una buena harina integral y todo irá sobre ruedas.

3. ¿Se puede hacer la masa madre con harina blanca u otros tipos de harina?
Las levaduras que fermentan la masa madre están depositadas en la superficie de las cosas, como las frutas (el velo azulado que se observa en las uvas o ciruelas), granos, etc. Así que es más fácil conseguir la masa madre con harina integral. Realmente puedes hacer madre con cualquier tipo de harina (incluso de harinas sin gluten con arroz, alforfón, etc.).

4. ¿Hay que usar centeno?
El centeno fermenta más que el trigo, por decirlo de manera sencilla. No obstante, puedes obtener un resultado similar usando harina integral de trigo.

5. ¿La harina blanca tiene que ser de fuerza?
Realmente da igual. Si tienes harina de fuerza (de panadería) úsala. Si no, no te preocupes. En las fotos yo he usado harina de panadería.

6. ¿Hay que tapar el bote?
Es irrelevante. Nos interesa que haya algo de aire, pero si es verano y hay mosquitos, o bien mucho polvo, animales domésticos, niños, etc., pues se le pone una tapa o un trapo encima y listo.

7. ¿Qué pasa si a la masa madre le sale una capa de líquido por encima?
No pasa nada, simplemente revuelve el líquido e intenta usar un poco más de harina la próxima vez.

8. A mi masa madre le ha salido una costra por encima.
Si se ha hecho un poco de costra en la superficie, simplemente revuelve todo bien en el siguiente “refresco” y listo. Acuérdate de poner una tapa encima la siguiente vez para que no se seque tanto

9. ¿Qué pasa si parece que no hay actividad?
Si la masa madre tiene un leve olor ácido o agridulce, todo va bien, aunque parezca inerte. Si te preocupa mucho, intenta hacer una pelota de masa y déjala fermentar un día o dos, de esa manera el gas producido en la fermentación permanecerá dentro de la bola de masa y podrás observar tus progresos. Al principio la masa está “inmadura”, según van pasando los días, va madurando y acelerando su ritmo de multiplicación, por eso los primeros días la actividad puede parecer menor. En cualquier caso, no hay que obsesionarse con el volumen de la masa.

10. Mi masa madre ha subido y ha bajado, ¿se ha muerto?
La masa madre sigue un ciclo: se alimenta, va creciendo, llega a su cénit y luego, si no se le da más alimento, decrece: esto no quiere decir que haya muerto; no pasa nada. Simplemente necesita más alimento. Esto es una buena señal, ya que va rápido y está a punto de estar madura. Como se ve en el día 5, minuto 5:21, la masa madre se ha ido alimentando y ha llegado a un punto álgido, luego ha perdido gas y ha decrecido, simplemente está a la espera de más alimento. En este punto, cuando la refresques, intenta poner más cantidad de harina y agua, ya que ahora en 24 horas necesita varias veces su peso. Una masa madre activa puede alimentarse de su peso en harina (100 g de harina para 100 g de masa madre) en unas pocas horas (de 2 a 4, por ejemplo), así que para observar su evolución en un día entero, tendrás que poner una proporción mayor de harina. Una masa madre que, como se ve el último día, es capaz de doblar su tamaño en pocas horas, está lista para ahcer pan, ya que eso es lo que hará cuando la incorpores a la masa de pan. Tan sólo hay que entender esta idea de ciclo (crecimiento, cénit, pérdida de volumen) y observarla para aprender qué velocidad tiene esa masa en concreto en esas circunstancias.

11. Mi masa madre estaba ya casi lista pero ahora sólo tiene burbujitas pequeñas.
Muchas veces esto es signo de que ha pasado su momento álgido. Vuelve a alimentarla y permanece alerta ante su evolución.

12 .Ya tengo la masa madre lista. ¿Qué hago ahora?
Si quieres hacer pan en el momento que tu masa madre esté lista y burbujeante, pasa a la pregunta 13. Si no quieres ponerte a hacer pan en este momento, simplemente guárdala en la nevera para no tener que alimentarla continuamente. Con el frío de la nevera, las levaduras ralentizan su ritmo, y puedes conservarla allí durante semanas o meses. 

13. Ya tengo la masa madre, quiero hacer pan, ¿cómo lo hago?
Para hacer pan tienes que usar siempre la masa madre cuando esté activa, así que la tienes que fermentar hasta que llegue a ese punto de actividad. Acuérdate de que tienes que guardar un poco de reserva de masa madre para el futuro, así que prepara siempre la cantidad que te pide la receta y un poco más. Por ejemplo, si tu receta te pide 200 g de masa madre activa; prepara 250 g, así puedes guardar los 50 g para el futuro. Dependiendo de la temperatura, la masa madre tardará más o menos en estar lista. Prueba a tomar “medidas consistentes” y observar su comportamiento. Si pones una cantidad de madre (digamos 100 g), y la misma cantidad de harina (o sea, 100 g) con agua (también 100 g), estos 300 g de mezcla pueden tardar (es tan sólo una indicación) cerca de unas 2-4 horas en estar lista (en verano menos). Si quieres preparar la masa madre por la noche, prueba a multiplicar la cantidad de harina. Por ejemplo, pon 5-10 g de masa madre y 100 g de harina (y 60 ó 100 g de agua). Esto podrá tardar en torno a las 10 ó 12 horas. Observa su comportamiento una o dos veces y aprenderás su ritmo (igual que harías si cambiases de marca de arroz o pasta y la cocieras la primera vez).

14. He guardado la masa madre en la nevera y parece muy ácida, ¿qué hago? ¿Tengo que refrescarla cada semana?
En la nevera una masa madre puede aguantar muchos meses sin problemas, no hay por qué alimentarla cada pocos días. No obstante, después de unos días (sobre todo si han sido más de una ó dos semanas) la masa madre se habrá acidificado, podrá oler algo avinagrada o incluso tener un recuerdo a acetona: esto es totalmente normal. Tienes que “sanearla” como quien desala bacalao salado. Simplemente dale unos cuantos ciclos de alimentación durante uno o dos días (dependiendo del tiempo que lleve almacenada), igual que harías con un bacalo, remojándolo y cambiando el agua cada cierto tiempo. Puedes coger muy poco de msa madre (por ejemplo 10 g, una cucharadita) y añadirle el doble o el triple de ese peso en harina, unos 25 ó 30 g (y una cantidad de agua similar); lo dejas unas 8 horas y vuelves a repetir el ciclo; a los cerca de 50 ó 60 g de masa que te habían salido, le pones unos 100 -120 g de harina y lo mismo de agua y lo dejas otras 8 horas, la madre se habrá activado y habrá perdido mucha de la acidez. Tendrás unos 200 – 250 g de madre lista para hacer pan. Si ves que aún así la masa está ácida, simplemente haz un par de refrescos más, puedes probar a hacer refrescos cortos (de 4 horas) a buena temperatura (entre 25 y 30º), esto suavizará la madre. Como siempre todos los tiempos y cantidades pueden variar dependiendo de la temperatura y las circunstancias de cada caso.

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Curso de pan en Santillana del Mar

Albricias, voy a dar un curso de pan en un lugar maravilloso, Santillana del Mar (bueno, decir Cantabria y «lugar maravilloso» es un poco repetitivo, la verdad).

Será un curso de introducción al pan de 4 horas, en el refectorio del museo Regina Coeli. Se puede elegir entre el viernes 10, de 16 a 20 horas, o el sábado 11, también de 16 a 20 horas. El precio es 12 €. Para todo tipo de información y reservas: santillanaconloscincosentidos@yahoo.es

PanMama

Aquí un pan integral hecho por mi señora madre (y sostenido entre sus manos). Algo así haremos en el curso; un pan sencillo, auténtico, con todas las letras. Veremos los conceptos básicos de la panificación, elaboraremos una masa madre natural (que luego cada uno podrá llevarse a casa). El curso está dentro del programa «Santillana con los cinco sentidos», el programa en PDF pude descargarse aquí.

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Reblochon

Con pan.

Reblochon

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Cóc de tonyina

Representante excelso de la tradición de cocas saladas de Vinaròs. Masa de pan cubierta de tomate y pimiento rojo y con el toque final del atún en conserva.

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Ayer tarde, en la presentación del libro Els dolços i els salats als forns de Vinaròs, un libro delicioso de la mano del clan de los Massita, J.J. Roda y el horno Ca Farga.

Una sorpresa encontrar libros así, un pequeño volumen que contiene 30 recetas, pero todo el saber y tradición de cocas, farinadas y dulces tradicionales, muchos de ellos perdidos o en peligro de extinción. Una auténtica lección de sensibilidad y sencillez; cada receta viene acompañada con un texto explicatorio del porqué de la receta, del entorno tradicional o festivo de cada una. Un pequeño tesoro para guardar. Es de agradecer que haya locos de la vida dispuestos a dejarse el sudor (y los cuartos) en empresas así.

Me quedo con la deliciosa y triste frase con la que comienza el capítulo dedicado a la Coca boba (o coca de forner, la que se daba al peso para completar la compra, en la tradición de la torna): Aquesta elaboració s’ha de considerar, el 2010, un producte desaparegut dels forns de pa del poble.

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Torreznos de pato y mochi de amapola

Acompañado de copiosas cantidades de gazpacho, antes, y horchata, después.

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Uno de esos días que, sin saber muy bien por qué, acabas cenando cosas raras. Los torreznos de pato eran curiosos, mucho menos grasientos de lo que cabía esperar. El mochi de amapola era una conexión cósmica eslavoasiática; gomosa pero rica.

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Chocolate Alionka

Chocolate ruso.

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Me encanta comer chocolate de sitios lejanos; incluso de lugares con etiquetas en idomas ignotos. De alguna manera me gusta recuperar esa sensación del chocolate como algo extraordinario, fuera de lo habitual, que quiero imaginar era más normal hace tiempo. En muchos casos son chocolates que sé que no voy a probar más (o que me costará encontrar).

Este Alionka de la niñita con el pañuelo a la cabeza viene de Rusia (bueno, de la tienda ucraniana de Hospitalet) y he tenido que meterlo a la nevera antes de echarle el guante, por el calor.

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