Pan crujiente de centeno

Pan crujiente al más puro estilo escandinavo. El de las fotos está hecho siguiendo una de las dos versiones de Dan Lepard que tengo, la del libro The Cook’s Book. Este libro es una gozada que explica todo lo relacionado con la cocina: técnicas, recetas, cocinas exóticas, y todo un temario de estilos. Un gran maestro hace cada capítulo: Ferrán Adrià, las espumas; Pierre Hermé, los pasteles y masas dulces; y Dan Lepard, ¡los panes!

Pan crujiente de centeno
Pan crujiente de centeno
Pan crujiente de centeno

Hay varios asuntos que quiero mejorar. Quedó demasiado duro: la masa tiene que tener más agua (confieso que no puse toda la que ponía en la receta), para ser más ligera y subir más. Así se creará un pan menos seco y mejorará «el crujir». Puede que tamice parte de la harina de centeno para quitarle algo de fibra, y darle una ayudita. También tengo que probar a hornearlo más suave, para que se vaya deshidratando poco a poco y no se tueste tanto. Y, por último, tengo que probar a cocerlo directamente sobre la bandeja para ver si no se alabea tanto.

No obstante, de sabor estaba estupendo: un nítido sabor a cereal completo, como «marrón». Al día siguiente, que íbamos a ir al monte, preparé un buen «Tazón vikingo».

Tazón vikingo de pan crujiente de centeno con leche y canela

Me puedo imaginar que algo así no sería infrecuente antaño en los países nórdicos. En este caso cocí trozos del pan, con leche y parte de la deliciosa mezcla de azúcar y canela que me sobró de los Zeeuwse bolussen (la estoy disfrutando en tostada estos días). Al hacer esto, se me ocurrieron muchas recetas que seguramente alguien ya habrá cocinado. Pensaba, por ejemplo, en una sopa de bacalao (seco) con eneldo y otras hierbas, cocido con crema agria. Tengo que probarlo un día de estos.

Publicada en Pan | 11 Comentarios

Pan de espelta, miel y linaza

Espelta integral, masa madre, semillas de linaza, miel, una pizca de malta y sal.

Pan de espelta, miel y linaza
Pan de espelta, miel y linaza
Pan de espelta, miel y linaza
Pan de espelta, miel y linaza

Retardado en la nevera una noche y directo al horno. De 4º a 220º en 50 minutos: hizo «¡pop!».

Antes de meterlo al horno, lo espolvoreé con un poco de harina y le hice un corte preciso a lo largo, para conseguir un efecto de contraste entre la miga oscura y la corteza blanca.

Entre la espelta integral, la miel y la malta, tenía un aroma muy profundo, digamos oscuro. La miga tenía una consistencia fantástica para untar mantequilla, o para comerlo tal cual y notar las semillas de linaza crujir entre los dientes

Publicada en Pan | 29 Comentarios

Chocolate del Horno San José, de Torrelavega

Chocolate del Horno San José, Torrelavega.

Chocolate del Horno San Jose, Torrelavega
No hace falta rallar

No hace falta rallar, sólo trocear.

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Instant Britain!

Cómo aliviar la nostalgia de las islas en dos minutos (y a 600 W).

Instant Britain
Instant Britain: Sticky Toffee Sponge Pudding & Custard

Los boles son también ingleses, de Burleigh, Staffordshire. Entre el bizcocho húmedo y caliente y el custard, uno se siente en cualquier caff de esos grasientos y riquitos. Unos locales que no son ni bar, ni restaurante, ni cafetería, y donde se puede probar un tipo de comida británica muy especial. Platos contundentes que están en el corazoncito de todo súbdito de su majestad. Desde un Full English Breakfast, hasta un pastel caliente, pie, o un crumble de ruibarbo con mucho custard.

Lejos de la isla, esos lugares son de los que más echo de menos. Del mismo modo que, en Londres, una de las cosas que más echaba de menos era el «Menú del día», esa institución. Ahora que estoy aquí, estoy rumiando alguna idea sobre el menú del día.

Publicada en British, Dulce, Guarradas | 10 Comentarios

Cómo resucitar la masa madre (y hacer que conozca mundo)

Otro post (no creo que sea el último) de la serie «hacer pan es fácil y divertido, amiguitos«. Después de hacer la masa madre, elaborar nuestro pancito; después de informarnos sobre algunas cosas interesantes y útiles; después de despertar a una masa madre dormida; después de todas estas cosas, llega el momento de la resurrección, por así decirlo.

Es probable que hacer pan de una manera auténtica y sencilla te haya cambiado muchas percepciones sobre las cosas; sobre las cosas del comer y sobre las otras. Siendo así, es muy probable que quieras compartir esta alegría con todo el mundo, pero te encuentras con un dilema: ¿cómo hacer llegar las albricias de esta maravilla a tus amigos de Spokane, de Prešov, o de Odense?, ¿cómo hacerles partícipes de todo esto que no cabe ni en mil mensajes de mil palabras?.

La solución más directa es… ¡compartir tu masa madre con ellos! Y la forma más sencilla de hacerlo es disecarla (extendiendo un par de cucharadas sobre papel de hornear o papel de aluminio) y guardar luego los copos secos para enviarlos. Dependiendo del calor/ventilación puede tardar uno o dos días en secarse por completo.

Cuando el afortunado amigo recibe la masa madre disecada, simplemente tiene que traerla de vuelta del más allá de las masas madre (si existe tal cosa). Para ello, tan sólo hacen falta harina, agua y menos de 24 horas. He hecho un pequeño seguimiento fotográfico de la resucitación de una masa madre de esta manera. Disolví los copos de masa madre seca en harina y agua sobre las 9 de la noche y la fotografié a lo largo de las siguientes 24 horas (la temperatura no llegaba a los 20 grados).

Restaurar la masa madre disecada

Primero junté medio vaso de agua con medio vaso de harina y la masa madre seca.

Restaurar la masa madre disecada

Le hice una foto antes de acostarme, a las 21 horas. Al vaso no le hice ninguna marca de nivel, pero las propias estrías en el vidrio pueden servir de guía. Al de menos de 12 horas, para las 8 de la mañana del día siguiente, ya había actividad visible en forma de burbujitas (y la masa había ganado un poco de volumen).

Restaurar la masa madre disecada

Cuando volví a casa, a las 14 horas, la masa había subido claramente y las burbujas la adornaban por completo. Para las 17 horas, la superficie de la masa era un prodigio de burbujas y actividad. En este momento la masa estaba ya perfecta para elaborar un pan.

Restaurar la masa madre disecada

Sin embargo, proseguí mi observación hasta completar las 24 horas. A las 9 de la noche la masa madre amenazaba con salirse del vaso que la contenía desde el día anterior; la superficie aparecía un poco seca, como signo de que llevaba ya un rato así y no parecía que fuera a subir más. Las levaduras de la masa madre tienen un ciclo de vida bastante claro (y predecible, una vez que se la conoce); esta masa madre ya había llegado a su punto máximo de actividad.

Restaurar la masa madre disecada

Con esta masa madre no he hecho ningún pan. La he vuelto a disecar y ahora tengo dos bolsitas llenas de copos blancos esperando conocer los confines del universo.

Como siempre, no sólamente con el pan, hay muchas maneras de hacer las cosas. Las que vengo explicando aquí no tienen por qué ser las mejores. He intentado simplemente mostraros como suelo hacerlo yo, explicándolo de una manera sencilla y comprensible.

Últimamente he recibido bastantes mensajes de gente que ha empezado a hacer pan gracias a las indicaciones de este (y otros) blog. Son correos llenos de asombro y felicidad, con fotos, igualmente asombrosas y felices, de hogazas fantásticas. Esto me anima a poner más información para compartir, en lo posible, el mundo del pan que tanta satisfacción me da a cada instante

Publicada en Pan | 82 Comentarios

Alubias con sardinas indivisibles

Sí, sí: indivisibles. Como son indivisibles quedan mejor con pimentón de Murcia, claro.

Alubias con sardinas indivisibles

Estas sardinas, aparte de indivisibles, son en salazón. El saborazo que tienen agradece mucho un poquito de pimentón, ajo y unas alubias para absorber su exceso de sal y que todo se contagie de sabor.

Sardinas indivisibles, directas del tabal al plato

«Directas del tabal al plato» pone. No entiendo muy bien la combinación de las tijeras y el lema «Pack X 2 Indivisible». ¿Querrá decir que no puede uno irse al Mercadona con una tijera y llevarse la mitad del paquete?, ¿o tal vez que hay que tomarselas siempre a pares, juntas?, ¿tal vez algo más filosófico?: «liberté, egalité, fraternité, laïcité, indivisiblé«.

No cabe duda de que el hecho de ser indivisibles es lo que les da ese sabor.

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Hela Curry Ketchup

Hace mucho tiempo que tengo una deuda con Alemania. Creo que desde el mismo día en que inicié este blog ya tenía en mente hacer un post dedicado a uno de los productos del mundo mundial que más nos gustan en casa: la salsa ketchup de curry de la marca Hela, la mejor guarrada de Alemania, que comparte el trono con sus Döner Kebab y la Currywurst (para la que este ketchup va que ni pintiparado).

Salsa ketchup de curry de la marca Hela

Somos fans («así, en plural») desde que la descubrimos hace ya muchos años. Siempre la tenemos presente, a veces disfrutándola, a veces añorándola; comprando botes furtivos en cada viaje a Alemania.

Cúal no fue nuestra sorpresa al descubrir, hace un par de veranos, que la venden en las zonas más turísticas de España, ¡incluso con la etiqueta en español! La hemos encontrado en Mallorca y en la Costa Brava, pero seguro que en muchos sitios turísticos del Mediterráneo o Canarias se encuentra fácilmente*. Hela hace muchas salsas y su gama de ketchup es amplia pero, sin duda, ésta de la tapa roja es nuestra favorita.

Hay otros momentos para hablar de la desconocida comida de Alemania, desde los Bretzel de Suabia, al Handkäse de Hesse, o el Labskaus del Norte, pero ahora es el momento del Hela Curry Gewürz Ketchup (scharf, bitte).

*Tengo unas opiniones bastante fuertes respecto al turismo (tal y como se concibe en España desde hace décadas), pero últimamente estoy descubriendo un lado inesperado de ese turismo que destroza los lugares que toca. Paradójicamente uno puede sacar partido de esta lacra ya que estos turistas (cuando son multitud)… ¡traen consigo sus productos!

Publicada en Guarradas | 16 Comentarios