Disfrutando como locos.
Este es el segundo que cayó, ya remojado en leche. He puesto la historia y la receta en La memoria del pan. Aquí, la sensación, el momento. Un bol lleno de recuerdos de Suecia, compartido a placer. Nada mejor.
Creo que tengo un asunto con los dulces lácteos. Aquí cerca, el arroz con leche y las torrijas; más lejos, el rasmalai y los semlor. Algo en estos platos que me une de una manera profunda a ellos, haciendo que prepararlos y comerlos sean experiencias memorables.
Ibán! no sabes qué memoria de este bollito! hace unas 3 semanas fuimos a pasar el día a Malmö desde Copenhague, e íbamos con una sueca, que empeñada en comer un semlor, que en Dinamarca no los hay, nos hizo recorrer todas las cafeterías… cuando llegamos a una y vimos que quedaban 3 en el expositor, temblábamos… par que nadie de los de la cola se las pidiera antes que ella (el temblor también era del frío que hacía), y lo que más me llamó la atención fue que se lo pusieron con leche… una bamba a la sueca :) recuerdos de un día de frío, excursión a Suecia y final feliz con El Circo del Sol
Menos mal que tengo cucharas. Bueno, no, que habrían caído igual a manubrio. Hoy merendé el que sobró, a solas (él y yo), empapuzado en leche templada, rebuscando pegotes de almendra y lamiendo la nata del canto de la cuchara y… hostia, qué buenos están.
Gracias.
voy viendo, post tras post que, además de panarra …eres un natarras…eh?
Hablas de estos bollos tanto y a mi se me contagian las obsesiones, la nata es hipnótica en la pantalla. No lo aguanto más, voy a pinchar en el enlace de la receta y me pongo con ellos, la mantequilla y la levadura ya están fuera de la nevera…