Tenía este pan listo desde los días de la huelga de transporte, pero por una cosa u otra no lo había puesto.


Es un buen pan con una curiosa historia, con la que se sentirán identificados muchos panaderos caseros.
Resulta que el día que fui, en Baluard andaban cortos de harina por la huelga de transporte. Una chica muy amable, creo que se llama Anna, me contó cómo hacen el pan, su proceso e ingredientes. También me dijo que les traen la harina de Francia, de un pequeño molino de su confianza, pero aquel día habían hecho un pan con harina integral, porque era la harina que tenían, así que era un pan de necesidad. Eso me sonó muy familiar (en casa muchos días acabo haciendo panes de necesidad con las harinas que hay) y me gustó tanto, que me compré la hogaza entera (2 kg a 6€).
Usan masa madre casi por completo, se nota en el sabor y la textura, aunque he de decir que esta hogaza estaba un tanto ácida. No es que a mí me moleste, al contrario, me encantan los panes «recios», pero la acidez llegaba a tapar otros sabores. Imagino que sería por la harina integral; en casa también he observado que la harina integral trabajada con masa madre se pone ácida con mucha facilidad.
Tengo ganas de ir otro día para ver si puedo charlar otro ratito más y comprarme otro buen pan.
Gazpacho, butifarra de huevo y zumo de sandía…
…¡pero no todo junto en plan potito!
Vivir (y comer) a más de 30º es algo a lo que no acabo de acostumbrarme. Creo que como y cocino menos, el calor es algo terrible, debería estar prohibido.
En casa siempre hemos comido mucho gazpacho, es el plato del verano y se repite día tras día por lo rico que está. Lo que no me había pasado nunca es verme obligado a comerlo por necesidad (necesidad térmica, se entiende). Pero bueno; «de la necesidad, virtud«. Al final siempre encuentra uno alguna cosilla rica para acompañar al gazpacho, como una butifarra de huevo, dulce y fresquita así en frío (lo otro de la foto es un jamón cocido ibérico que me dejó estasiaó, y eso que yo no soy muy de jamón cocido). En la charcutería había también una butifarra de tortilla de patatas (!); había oído lo de tortilla de butifarra de huevo (qué paradójico), queda apuntada para el próximo día.
Además, hemos comprado una licuadora y guardamos abundantes provisiones de sandía y zanahoria en la nevera, para hacer zumitos refrescantes.
El zumo de sandía y zanahoría es mi favorito, brrrr, qué rico.