Me gusta Madrid. Desde su cielo hasta sus tascas.
He estado allí este fin de semana, y me llevo grandes impresiones, como las porras del Mayoma (por recomendación del amigo Munduate). Increíbles, calientes, recién fritas allí mismo (un espectáculo de ver).


O el recuerdo del Melos, un lugar memorable (por recomendación y compañía del amigo Ternasco) por sus grandes croquetas de bechamel líquida o sus pantagruélicas zapatillas.


La botella de Ribeiro no es un botellín de cerveza, es una botella de las de toda la vida, de 75 cl; eso da una idea del descomunal tamaño de la zapatilla. No obstante, en foto pasa como con el mar del Norte o El descendimiento de Roger van der Weyden, que no te haces idea.
Pan inglés y espaguetis de calabacín
Este fin de semana asistí, curiosamente, al primer curso de pan de mi vida, en Babette. Era sobre pan inglés y lo daba Paul Merry. Resonaron en mi cabeza los nombres y los aromas de las páginas de Elizabeth David; cottage loaf, hot cross buns, tin loaves.
Y entre porra y croqueta, un poco de comida crudivegana, unos espaguetis de calabacín (que ni son pasta ni tienen harina), con champiñones marinados y pesto vegano.
En Babette siempre suele haber cosas sorprendentes para comer; comidas crudiveganas con ingredientes y métodos diferentes. Esta vez no había chucrut (el chucrut casero de Babette es brutal).