Y no sé cuantas cosas más. Tenía guisantitos crudos, de esos que son dulces; el granizado es alcohólico, de enebro, y los cuadraditos son algo parecido a un shortbread negro que recuerda lejanamente al sabor del polvorón. Gran postre, fotito de móvil.
El único recuerdo gráfico de una comida que no olvidaré en la cocina de Martín Berasategui, entre decenas de cocineros, platos y salsas. Estamos planeando, junto con David de Jorge, un curso de pan de los de quitarse la boina. ¡Que tiemble San Sebastián, que allá vamos! A ver si todo sale bien y en breve podemos anunciar un pedazo curso para la gente que quiere meterse en harina con lo del pan.
Altramuces y panceta frita
Chez mon frère.
La panceta, desde que la pones a freir hasta que la sacas, pierde la mitad de su peso en grasa; tienes que ir achicando baldes y baldes de grasa fundida. Cayó con unos huevos fritos y una ensalada con lechuga de huerta cántabra.
Siempre que como altramuces se me cuela por los agujeros de la memoria algún viaje a Portugal, la plaza de Guarda, o Évora, o las orillas del Mondego con una cerveja y unos tremoços.