Aunque a mí me gusta un gazpacho con bien de metralla, grueso y poco pasado, en mi casa siempre se ha tomado un gazpacho muy fino, casi una leche de color salmón; algo delicado y aromático.
Anoche, armado con un colador, rendí homenaje al gazpacho fino de casa. Creo que de tanto pasarlo me cansé y se me quitaron las ganas de picar un poco de pepino, tomate y pimiento verde para acompañar.
Baozi de carne agridulce
En la inmensa vaporera de bambú de El Folló*, en el curso de panes del mundo que di hace un par de días. Con semejante vaporera pude hacer unos baozi grandes, casi para compartir. Al levantar la pesada tapa emergen humeantes, bellos, tiernísimos.
Les hice un relleno de carnes de cerdo y vaca con mucha cebolla y ajo, anís estrellado, pimienta de sichuan, miel, treacle, salsa de soja y vinagre (creo que a alguna alumna le gustó más el relleno que el pan en sí). Yo me zampé los restos del relleno ayer con unas patatas cocidas, que también me habían sobrado del curso, de hacer unos langosh (panes fritos húngaros de patata, sin foto, por desgracia) con crema agria, ajo y queso rallado.
*Mañana será la 2ª edición de la Festa del pa, por si hay algún despistado que quiera sumarse. La información en la página de El Folló.