Este es el post del bollo de mantequilla de Bilbao. Hace tiempo le dediqué una pequeña reseña llena de nostalgia a esta joyita bilbaína. Basicamente se trata de un bollo suizo abieto por la mitad y relleno de mantequilla batida, de pastelería. Como estoy unos días por Bilbao, he tenido tiempo de cumplir un pequeño sueño, una peregrinación bollísitica. Sin intención de decir «este es mejor» o «este es peor», he ido a cinco pastelerías de toda la vida del centro de Bilbao para llenarme de bollo de mantequilla, ver sus cualidades y, tal vez, ahondar un poco en el alma bilbaína.

Pero vamos a por el bollo de mantequilla, los bollos, en cuestión. Para ver los bollos como si estuvieras en Bilbao, pincha sobre cada imagen.
Antes de catarlos (bien acompañado para la ocasión), los pesé. Van desde los 72 hasta los 105 gramos (poca harina para los 1,15€ – 1,25€ que valen), pero la mayoría están entre los 75-85 gr. Sorprendentemente, el segundo y tercero (Arrese y La Suiza) pesan practicamente lo mismo, pero el de La Suiza es casi el doble de grande. Esto nos puede dar una idea de las diferencias en miga, ingredientes y tiempos de fermentación, una auténtica galaxia bollística. Si a esto le añadimos las variedades en mantequilla, ¡es un universo bollístico!
Pero veámoslo más de cerca, aquí están. Pincha sobre las imágenes para dar un buen mordisco a cada bollo.
¿Y las mantequillas? Un visitante preguntó una vez en un comentario de este blog: «¿De qué está relleno un bollo de mantequilla?»; creo que es una gran pregunta, ya que es la combinación fundente de mantequilla y miga lo que da su magia al bollo de mantequilla. Estos cinco bollos varían mucho en cuanto a cantidad y tipo de mantequilla. El que más tenía era el primero, el del New York; tenía mucha pero era casi como nata montada, muy ligera. En el otro extremo, el de Zuricalday tenía lo más parecido a mantequilla casera. Las que más nos gustaron por textura sedosa y sabor (ni dulcísimo ni soso) fueron con diferencia la de Arrese y la de Don Manuel.
La verdad es que (como se puede ver en la imagen inferior) fue un proceso laborioso, una prueba de resistencia solo apta para auténticos chimbos (como se conoce también a los bilbaínos).


Mis sitios favoritos para tomarme un café con leche y bollo de mantequilla los últimos años han sido Don Manuel* y el New York. Curiosamente, el de Don Manuel fue el que más nos gustó a todos (pero, claro, sobre gustos no hay disputas).
Queda pendiente para la próxima visita a Bilbao un post sobre los otros clásicos para tomar con el café en Bilbao (a saborear preferiblemente en una «degus», que es como se llaman en Bilbao las pequeñas cafeterías de charla y sirimiri).
* Otra nota triste para Bilbao. Después de el Motrikés y el Basaras, el Don Manuel que conocíamos ha desaparecido. Lo han renovado con irrefrenable frenesí de modernidad. Donde antes había una pastelería con tres o cuatro taburetes y un ambiente tranquilo y sobrio, ahora hay un lugar con aspiraciones, de lineas puras, donde reina el negro (combinado con el blanco); las luces son apliques cúbicos negros y los tiradores de las cajoneras son perfectos cubos plateados. Su deliciosa gama de pasteles la sirven ahora en platos cuadrados y las tazas llevan ahora su nuevo logotipo que, como no, está escrito en minúscula.
PS: Más pasteles de Bilbao, carolina, pastel de arroz, etc. (marzo 2007).
Doce uvas
Doce uvas en Barcelona
Feliz 2008 a todos.