Brezeleando

Sosa cáustica para todos.

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A falta de mostaza bávara, buenos son pepinillos suevos.

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8 respuestas a “Brezeleando”

  1. Pepa Maca dice:

    Mmmmm qué ganitas de hacer este curso…a ver si me da tiempo antes de que te vayas a vivir a Noruega :) me imagino el crac, y después la sal deshaciéndose ainssssss

  2. Mercedes dice:

    qué delicia… a estas horas, ay qué ricos… apartalos de mi vista… qué tentación…

  3. cesc dice:

    Investigando he descubierto que las aceitunas también se pueden curar con sosa cáustica…

  4. maryam dice:

    hola. disculpad mi ignoracia, y donde se compra la sosa caustica, que es exactamente… Gracias.

  5. Maria C. dice:

    Que preciosidad, por presencia y por ausencia. Iban, me quito el craneo.

  6. Raquel dice:

    Yo siempre me pregunto, ¿quién sería el primer listo que decidió echar sosa cáustica a la comida? Qué pintaza tiene, me lo comía pero ya!

  7. […] Es una de las cosas más curiosas con las que he hecho pan. Abres el sobre y apesta a amoniaco; de hecho, te entran serias dudas de si realmente vas a echar aquello en tu masa; pero vaya, que también he usado sosa caústica para hacer brezels. […]

  8. […] El caso es que nunca se me había ocurrido pasar el lomo este por la plancha; el resultado es sorprendentemente centroeuropeo: quedaría igual de bien en un English Breakfast que con un poco de mostaza dulce y un Brezel. […]

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