Ayer fue otro de esos días de mucho pan, de levantarse pronto, tener el horno encendido y pasar el día haciendo pan. Aunque la última vez que me metí en un jaleo de estos juré no volver a hacer pan comercial en casa (por la falta de medios), como me lo pidió una amiga no me pude negar a este encargo. Unos pancitos variados para una ocasión especial; 7 masas muy diferentes para entrener el diente con una copa de cava en una tarde de julio.
Realmente no luce todo el trabajo que lleva hacer cosas pequeñas. Mientras que con 1 kg de masa haces una hogaza en poco tiempo, pesar, dividir, formar, rellenar, bañar y hornear piezas de 25 g tiene bastante trabajo. En la imagen superior (en sentido de lectura): bases para coca de recapte, grisines de queso, pan de centeno con pasas y nueces (para rebanadas de higos y foie), brezels, botoncitos rellenos de olivada y de pesto de perejil y grana padano, y flores de bollos de pumpernickel con alcaravea.
Así, en la mesa, de un vistazo, tampoco parece gran cosa, pero menos mal que andaba mi hermano de vacaciones por aquí y lo sometí a la dictadura de la harina.
En las siguientes fotos: brezels en plan industrial (antes de su baño de sosa caústica) y botones rellenos. Con el pesto de perejil que sobró hicimos unas tostadas para comer; parecía kriptonita y estaba riquísimo, ya que el perejil daba un saborazo, un picorcito y un dulzor increíble; otro día lo repito con pasta.
Como ya estaba metido en harina y el horno estaba caliente, me lié a hacer una corona festiva de Hungría (bueno, del increíble libro de Jeffrey Hamelman, BREAD). Tiene muchos fallos, pero me gustó la idea de la corona para una ocasión especial (el pan hecho en casa ya es especial de por sí, y el mejor regalo para alguien que sepa apreciarlo); así que seguramente la repetiré. Pero en un momento en que tenga menos de 30 grados en casa, ya que la masa se descontrola, y no hay quien trence con tranquilidad.
Curiosamente, aunque hice la corona como elemento decorativo, ¡la gente acabó comiéndosela!
Curiosamente, aunque hice la corona como elemento decorativo, ¡la gente acabó comiéndosela!
Es que estaba buenísima!!!!!!!!
Vaya producción!!! Seguro que estaban todos buenísimos!
besos
me encanta este post, no sabía que los brezels llevarán sosa caústica. Me lo guardo.
«Realmente no luce todo el trabajo que lleva hacer cosas pequeñas.»
¿Qué no luce?, pues qué harás cuando te luzca el trabajo. ¡Enhorabuena!, menudo curro te has pegado. La pinta es de diez, y por algún comentario que leo el sabor aún mejor… Supongo, que como es normal, te sacarían a hombros del acontecimiento ¿no?.
¡Qué festival!
Flipando me hallo, qué bonito todo y qué ganas de probarlo… ñam!
Felicitaciones!! es un espectáculo solo mirar… me imagino progar…
Iban, no dejas de sorprender! Déjalo TODO y dedícate al pan!!!!!!!!!!!
Da gusto entrar en tu blog, por las fotos, por las recetas….por todo. Felicidades por el trabajo!!!
Hola, descubrí tu blog por casualidad y me parece impresionante. Citas varias veces el libro de Jeffrey Hamelman, ¿sabes si esta editado en español?. Pero me parece que aunque este editado en castellano va ha ser dificil hacer algo que salga parecido a lo que tu haces.
Un saludo, y enhorabuena.-
Isaura, jeje, hombre (bueno, mujer), era una masa casera, con su sal, su levadura, pero yo la hice más con intención simbólico-decorativa. No veas la risa que me entró cuando vi que la gente le atacaba sin piedad!!!!!! jaajjaaj
Carmen, imagínate, con más de 30 grados en la cocina todo el día, fue durillo, la verdad (tuve pinche, que si no). Pero acabé contento. No me quedé a ver si se comían todos, pero confío en que les gustaran :)
bocadorada, sí, la sosa caustica es el gran secreto de los brezel. Antes de hornearlos se les da un baño en una solución de sosa (del 3 a 10%, dependiendo de la región), es lo que le da su aroma, sabor, textura y color característicos de brezel, casi nada!!! Sin sosa no hay brezel, es la belleza que tiene. Lo bueno es que puedes bañar en sosa (laugen) cualquier masa, y tener laugencroissants, laugenbollos…de todo.
Andrés, pues en serio te digo que, para todo el trabajo que me llevó, me parece que no se aprecia. Otras veces haces un pancito con menos esfuerzo y queda más espectacular, no sé si me explico.
PepaMaca, pues dale caña :) Que una panadera ya tan experta como tú no tiene motivos para no liarse la manta (o la masa!) a la cabeza.
Miriam, Margarita, Nuria, gracias, la vedad es que eran panes muy diferentes, cada uno con una masa particular, con sus aromas, sus texturas, sus formas.
Milcolores, calma, calma. Este verano me voy a dedicar más en serio al pan, a ver qué sale, ya os contaré.
Juan Huertas, me temo que el libro no está traducido (no lo sé al 100%, pero no creo). Ultimamente lo estoy consultando mucho y me parece un libro alucinante, creo que, ahora mismo, es mi libro de referencia favorito. Luego hay otros más especiales, como «The handmade loaf» de Dan Lepard, pero como compendio panadero, me parece impresionante. Si el inglés no es problema, píllatelo y verás :)
Ay, que curre!! Pero cómo se hace eso? Y en una mañana???? Imposible!!! Si yo me tiro una mañana para hacer una hogaza de pan normal y corriente (bueno, normal y corriente no, de mi casita :-P)
Por cierto, que he pasado de la levadura a la masa madre gracias a tus entradas maravillosas, pero me queda una duda porque creo que algo no estoy haciendo bien: si tengo en la nevera un poquitín de masa madre y quiero hacer, ponte, 5 kilos de pan, cómo la alimento? Un volumen de agua y otro de harina, separo una poca y vuelvo a añadir sucesivamente hasta que tenga el volumen que quiero, o lo echo todo de golpe ya a la primera? Y cuanto tendré que esperar?
Es que de momento (no he hecho 5 kilos) echo un vaso de agua y uno de harina, espero a que esté busbujeante y le vualvo a echar tanto de harina y tanto de agua como el volumen que tengo, espero un par de horas, pero me da la sensación de que no está lista la masa madre aún y cuando la emto en la nevera se me separa en dos fases enseguida…
Una ayudita plisssss, y gracias por todo!
¿que no luce?
por dios, ¡qué trabajazo! Yo a lo máximo que he llegado es a hacer dos panes, dos roscones y dos pizzas el mismo día, lo de hacer 7 panes diferentes ya es para los senior como tú.
Joder, me he quedado con la boca abierta.
besos.