Y tomate.

En la terraza del trabajo, el 21 de enero, en Barcelona, a la hora del almuerzo.
Y tomate.
En la terraza del trabajo, el 21 de enero, en Barcelona, a la hora del almuerzo.
Así.
Debo de andar con anemia o así, porque mi cuerpo últimamente sólo me pide carne, todo el rato.
Un poco de la Europa de allá para comer por acá. Con bien de mantequilla y pimienta negra.
Así, con una cerveza. Hace 3 años puse algo parecido, pero de bote. Ayer lo hice caserito, se llenó toda la casa de un olor a Polonia o Rusia que trascendía.
Me encantan estos sabores. Eso sí, ayer faltaban los pepinillos agridulces (ogurki).
Negro.
Negro.
No sé que pasa esta semana, que todo es de esta tonalidad.
No obstante, en esta coliflor el color sólo era superficial y al cocerla casi desapareció. En la imagen de abajo con un majadito de ajo, comino, pimentón y unos restos de quesos viejos y secos del fondo de la nevera.
Alubitas con su chorizo, su tocino y su morcilla de año.
Me siento como un obrero electrónico que va a la fábrica electrónica: me levanto y encuentro mi tartera de alubias lista en la encimera de marmol; después salgo de casa en mi bicicleta hacia la fábrica electrónica.
Chocolate ucraniano de la gaviota
Chocolate con avellanas. No las ves, pero están ahí, molidas dentro de la masa.
Las onzas son muy pequeñas y el paquete muy bonito, dice «Shokolad Chaika», «Chocolate Gaviota».