
Una de las ventajas de hacer buen pan es que tienes las mejores tostadas que puedas soñar, con ese sabor y textura particular que el pan industrial no consigue transmitir. Y eso que tostado cualquier pan es bueno.
Así que el fin de semana es fantástico hacer tostadas y empaparlas de la rica mantequilla que se compra aquí, ya sea inglesa o importada del norte de Francia.
Una de mis combinaciones de tostadas favorita es la siguiente. Una tostada de mantequilla con miel (que crea una pasta deliciosa y telúrica); y una tostada de Marmite con mantequilla (la tostada británica por excelencia). El Marmite es un extracto de levadura de cerveza muy concentrado y salado. Viene a ser como un Bovril vegetariano. Lo publicitan como lleno de vitamina B y proteína (que la tendrá) pero entra dentro de la categoría «esa comida británica», que ha hecho al mundo mirar con recelo a estas islas. A mi me encanta la combinación de estos dos sabores, la tostada de miel, blanca, terriblemente dulce; y la tostada de Marmite, terriblemente salada.

Requesón letón (y galletas lituanas)
Este requesón, que curiosamente se llama «Mú», lo compré en la tienda del Este. Está riquísimo, tanto con miel para desayunar como en ensalda para cenar. Tiene un sabor a nata buenísimo. Digo yo que será bueno porque si no, ¿para qué se molestarían en traerlo de tan lejos?. Imagino que los letones de Londres lo echarán en falta.
También compré galletas de chocolate de Lituania, de la marca Selga. Eran muy ricas, las llevé a la oficina y no duraron un instante. Eran como las Chiquilín españolas, pero de chocolate.