Si no puedes hornearlo, usa la chimenea

El otro día, aún sin horno, freí unos trozos de masa. Entonces recordé que hace un par de años, en nochevieja, estaba en una casa sin horno (pero con chimenea) e improvisé un pan a la manera más tradicional: pan hecho en brasas.

Pan cocido en la chimenea

Aquellas navidades había bajado en coche desde Londres, y me había traído el bote de masa madre para enseñar a mi madre (¡qué curioso!) a hacer pan. Ya de vuelta, en los Pirineos, al rico calor del hogar, recordé como Elizabeth David (en su magnánimo «The English Bread») cuenta que, hasta bien entrado el s.XIX, en partes de Gran Bretaña (en Gales y Devon) se podía aún encontrar este sistema que viene directamente de la edad de bronce. Se cree que antiguamente los panaderos empezaron a cocer las tortas de pan bajo brasas y cenizas hasta que estaba bien hecho. Después se empezó a poner el pan bajo un recipiente invertido (como en la foto), de esta manera la falta del peso de las brasas permitía una ligera subida del pan, mucho antes del descubrimiento del pan con levadura.

Así que, aprovechando una buena cazuela de barro que había en casa, puse en práctica este método milenario.

Pan cocido en la chimenea

Se hacen unas buenas brasas y, una vez que la solera de ladrillos está bien caliente, se apartan las brasas y se pone la cazuela de barro para que vaya absorbiendo calor. Después, se levanta rápidamente la cazuela para no perder el calor, se desliza la hogaza debajo y se rodea de nuevo con las brasas. Lo bueno de este sistema es que la cazuela forma un horno muy hermético, y la propia humedad de la hogaza al cocerse crea una corteza fantástica.

Pan cocido en la chimenea

La verdad es que los panes salieron deliciosos, algo manchados de ceniza por debajo. Pero lo que fue inigualable fue el sentido de comunión con los panaderos que me habían precedido hace milenios. Su sorpresa al sacar de la cazuela las hogazas humeantes y deliciosas fue mi sorpresa; su asombro ante su textura y sabor fue mi asombro. Algo único.

Como estamos en invierno, e imagino que muchos de vosotros iréis a la nieve o a casas con chimenea, os pongo este maravilloso recuerdo y os animo a que probéis este sistema telúrico y primigenio.

Esta entrada fue publicada en Pan, Tíoteorías. Ir al permalink. Publicar un comentario o dejar un trackback: URL del Trackback.

11 respuestas a “Si no puedes hornearlo, usa la chimenea”

  1. Bea dice:

    Sin comentarios!!! Así me has dejado. Im-presioanada como diría algún torero, jeje. Saludos. Bea

  2. MunduJr dice:

    Tienen una pinta magnífica. ¿Pero cómo sabes cuándo están hechos? Porque levantar la tapa de vez en cuando, aparte de ser molesto por tener que apartar las brasas, no será muy bueno para el pan, ¿no?

  3. Ana dice:

    Hola: soy una admiradora de tu blog, tus panes me tienen boquiabierta, cada vez que entro aquí me caigo encima del teclado, así kkfñlaklsñd´lçkljcgkñ´çf. Ojalá algún día me atreva con alguna masa, me dan pánico. Te invito a mi blog, si te apetece…Un saludo. Ana

  4. Marona dice:

    OH DIOS MÍO!!!!! Pero hijodemivida… tú hasta durmiendo haces pan, ¿no?
    Un beso!

  5. Ibán dice:

    Bea, yo es que la vida la veo como un pan…digo como un toro ;)
    Mundu, la verdad es que esa es una pregunta digna de alguien que lleva horneando mucho tiempo…sólo tienes que descubrir the baker inside of you. Pues la verdad es que lo hice a ojímetro, calculando el tamaño de las hogazas y la tempearura. Sí que tuve que levantar la olla un par de veces, no fue demasiado problema. Tal vez acusé la falta de temperatura al final de la segunda. Pero, como dicen en las películas,en esa chimenea «se había desatado el jodido infierno, dios mío» ;)
    Hola, Ana, ya conocía tu blog…pero de momento como lurker, ahora que me has invitado me haré notar más! Tú pásate cuando quieras por aquí y quédate a cenar.
    Marona, la verdad es que creo haber desarrollado un poco de vicio panificativo, lo confieso!!

    Os animo a todos a que probéis esta técnica, realmente es algo especial.

  6. […] muchas maneras de hacer pan. De hecho, a veces parece que el único límite es nuestra imaginación. Hay panes que se fríen, […]

  7. ttore dice:

    Descubro yo ahora este post, casi 3 años después (o 3000, según se mire). Es apepinante. Es que iba flipando con la idea según iba leyendo, pero es que cuando he visto la foto de los panes al final, casi me caigo también sobre el teclado, como Ana.
    Estoy currando, pensando desesperadamente en cómo escaparme pronto para probarlo hoy mismo.
    Gracias por compartirlo con nosotros.

    Por cierto, estoy experimentando con el tema de panes sin amasar, alta hidratación, fermentaciones largas (variaciones sobre el tema del NY times)…los panes están tirados de hacer y salen soprendentemente ricos (yo los llamo «panes vagos»), pero estoy con las ganas de probar lo de hornear el pan dentro de cazuela estilo la creusette. ¿Tú crees que podría probar lo de la cazuela de barro pero en el horno (una cazuela sobre una tartera o algo así)? ¿Lo has hecho? ¿Me estallará?

  8. I have been a enthusiast of Baggallini for a long time..I love the light excess weight of the supplies, and the bright shades.

  9. antonio essau dice:

    que feo esta ami me pusieron por su pinche culpa

  10. antonio essau dice:

    mi me pusieron cero por su ponche culpa

  11. María dice:

    Yo soy una seguidora tuya desde hace varios años,he de confesar que ayer buscando cómo cocer un pan estando de vacaciones,muy alejada del mundo,en una pequeña aldea francesa,donde no hay nadie absolutamente. Me quedé estupefacta al encontrar que me volvías a dar una solución para cocer el pan, rápidamente se lo comenté a mi hija y a su marido,grandes amantes del pan casero, Iban,muchas gracias,espero algún día poder hacer un curso contigo en Murcia.soy muy amiga del tomatico partio.Alli es muy difícil encontrar cursos de interés para personas como nosotras. Yo hice uno con Javi Moreno,a quien compro (siguiendo tus sabios consejos)muy buenos panes y me provee de ricas y buenas harinas para hacer los míos propios.Esperaré que lleguen los primeros fríos para encender mi lumbre y cocer mi pan y y’a te contaré

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *