Injera en Candy Café

Como no tengo acceso a Internet en mi casa londinense, vengo todos los días al Café Candy, una cafetería sencilla aquí al lado, tiene en el mostrador una serie de dulces y tartas sin más interés ni pretensiones, algún croissant blandurrio y unos tristes muffins.

Me gusta venir aquí y pedirme una taza de té mientras me pongo al día. Al cabo de un par de días, me di cuenta de que siempre soy el único blanco, el local es regentado y visitado casi exclusivamente por etíopes, con sus finas y arqueadas cejas (siempre me ha parecido que los etíopes tienen un porte muy distinguido, aristocrático). La sorpresa llegó cuando, al llegar un grupo de amigos, empezaron a sacar bandejas de injera con wot, cuando en ningún lugar del local anuncian su venta. Desde entonces el lugar ha cambiado para mí, lo veo como un pequeño rincón etíope, y casi cada hora viene algún grupillo a por una bandeja de injera. Así que hoy he venido con mi portátil, como cada día, dispuesto a disfrutar de un trocito de África.

Injera

La injera viene en una gran bandeja metálica (no sé por qué, pero en la foto parece pequeña; es inmensa), sin más, ya que es tanto la comida como el plato y la cuchara, y sobre ella se vierte, en el momento de servirla a la mesa, el guisillo correspondiente. Hoy he me han puesto este de la foto, wot de cordero con verduras, otros días he visto servir queso fresco y verduras. La injera es bastante amarga, la había tomado una vez en Barcelona, pero esta es mucho más recia, amarga y marrón (en la foto sale más clara de lo que es), me han dicho que no se hace sólo con teff, sino que aquí usan una mezcla de trigo y teff. El guiso es de cordero, muy especiado y bastante picante, al principio notas un poco el laurel, pero hay un olor de especias muy compacto, recuerda lejanamente al incienso de las iglesias. La torta de injera sólo se cocina por un lado, así que el lado sobre el que cae la salsa está lleno de burbujas que absorben todo el líquido, haciendo que los últimos trozos que comes sean los más sabrosos. Al igual que el cuscús, las migas o muchos otros platos comidos directamente de la cazuela, es algo más que mera alimentación, es todo un ritual social.

La injera me ha despertado siempre muchísima curiosidad, desde que leí una entrevista al gran atleta Gebreselassie, en la que decía que era su comida favorita, y después cuando leí que es uno de esos panes supervivientes de otra época, en la que la saliva del cocinero se usaba como agente fermentador.

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7 respuestas a “Injera en Candy Café”

  1. manzana dice:

    Parece que te estás lanzando muy en serio con el tema del pan :) ¡Qué bien! Me encanta ir conociendo los updates. Un saludillo

  2. el pingue dice:

    De esas comí unas cuantas. Creo haber contado -soy pesado- que estuve un mes con todoterreno en Ethiopía. Recuerdo la primera vez que la comí y lo que me pareció. Me gustó desde el principio, a diferencia de lo que les pareció a mis compañeros. Normalmente allí son picantes. Si nos vemos y te contaré. Un saludo

  3. Begoña dice:

    Sigo estando fascinada.

    Un saludo, Begoña

  4. Ajonjoli dice:

    aaah, la comida etíope……me encanta. Mi restaurante favorito de amsterdam es un etíope. Estuve leyendo sobre como hacer injeras y son básicamente tortas de masa madre, no llevan levadura. Hice un intento el otro día pero me quedaron un poco deslabazadas. Aunque lo intenté con trigo, porque encontrar teff en tenerife como que es imposible!

  5. con Ka dice:

    Jo, menudo privilegio poder probar lo que queda fuera de la «carta» del local. :)

  6. lola dice:

    Buscando qué es la injera y el wot que ha hecho una prima gallega con hija adoptiva etíope, y me ha enseñado por faceboock, me he encontrado con tu amena explicación. Me ha servido un montón. Graciñas.

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