Todavía totalmente afectado por esta pasión pirenaica, el otro día me topé con unos jarretes de cordero en mi supermercado turco, y no pude evitar comprarlos, a pesar de que no los había cocinado nunca.
Un chorretón de aceite, una cabeza de ajos enterita, un vaso de vino (encontrar rancio en Londres tiene su miga, claro), medio vaso de agua y veinte minutos en la olla a presión (no tenía el tiempo para prepararlos al chup-chup).
Y esto es lo que apareció en mi oficina en el lunch break: un auténtico (acento mañico) jarretico turco-londinense de tres pares de cojones.
A pesar de que es la primera vez que lo he cocinado, y queda aún mucho por aprender, el resultado fue simplemente espectacular: la carne suave despegándose del hueso, la salsa melosa por la gelatina, y los ajos… ¡ay los ajos!
Lo de encontrar jarretes de churra tensina también lo dejo para la siguiente vez.
¡Podio! ¡Podio! ¡¡¡¡Que pinta que tiene esoooo!!!! ¿Y que dijeron los de tu oficina cuando aparciste con eso para el lunch? Me imagino sus caras… ¿o ya están acostumbrados?
Besis!
Si, nos tiene acostumbrados, Marona. Mal-acostumbrados diría yo, especialmente cuando sin previo aviso trae algo para alguna de nosotras y nos damos el lujo improvisado de la buena comida compartida..
Son esas cosas las que hacen especial a Ibán y también las que harán que cuando se vaya, trabajar aquí, o en cualquier otra parte, nunca vuelva a ser lo mismo.
Ibancito, mi papi (con su acento maño) estaría «orgullosismo» de ti. :-)))
Pero, ¿que es esto? no me revolucionen los comentarios!!! ;)
Pues si, como ves ya estan acostumbrados por aqui. Aunque creo que los nativos siguen encontrando bastante chocante esto de comer al mediodia, no solo engullir cosas para alimentarse.
Ademas, ayer de primer plato lleve un gazpachito de quitarse la boina… asi que me monte una fiesta española que no veas!!
Y pensar que cuando yo vivía en Londres sucumbí en la moda de «engullir cosas» al mediodía, como tú bien has dicho. Todavía me acuerdo del double-decker sandwich de aquel antro en la City, al lado de Finsbury Sq., que tenía de todo embutido entre tres panes. Yo creo que debe haber agujeros negros con menos densidad que aquella cosa. Vamos, que no es que estuviera malo… pero es que engordé unos cuantos kilos a cuenta del bicho.
Tiene una pinta exquisita. Habrá que hacer la prueba…
Por cierto, que no es por tocar las narices, pero como un oscense (o «huescano», que también los hay, jejeje) te oiga llamarle «maño» te va a arrear un soplamocos que no veas, porque insisten en que «maño» es el nacido en Zaragoza, no todo aragones sobre la faz de la tierra. Si bien es cierto que en el DRAE viene como «natural de Aragón»… pero vamos, conozco a alguno por el pirineo que te arrearía con el DRAE.
Sí, sí, estoy al corriente de las refriegas entre fatos y cheposos (es mas, soy cheposo de nacimiento; ya sabes que los de Bilbao nacemos donde nos da la gana!!!) ;) …de hecho, lo que viene después de la acotación es una cita al padre de mi compañera de trabajo, Patricia, que es mañico y dice esa expresión con gracia mayúscula…digno de ser oído.
A mi, en sandwiches, ademas de los fisnos fisnos…me gusta mucho el coronation chicken. Una vez al mes o asi, normalmente cae en lunes o vienes (por la vagancia de no preparar el luncbox la noche anterior) tomo un sandwich en la tienda de al lado… siempre un coronation, creo que eso si que lo echare de menos. Son ricos estos sandwichitos, lo malo es tener que comerlos si-o-si todos los dias.
La verdad es que lo de los sandwiches es inexplicable. En toda Expaña no he podido encontrar nada parecido a lo que te puedes encontrar en cualquier sitio de esos, que tienen cinco gramos de pan por cada cien gramos de relleno. Otra cosa que tengo que hacer cuando me toque la lotería: abrir una sandwichería en Donosti.
Eso sí, los bocadillos del Juantxo, en la parte vieja de Donosti son un monumento al fast food… pero de coronation chicken ni hablar, vamos.