Qué mala es la envidia (véase la excelsa entrada de hoy del amigo Loren).
Como tenía el aceite caliente y sobró una patata cocida de la cena, me he hecho unas patatas de Luxe Ibancito’s.
Jamoncito, chucrut, puntillas. Pan de sémola.
Qué mala es la envidia (véase la excelsa entrada de hoy del amigo Loren).
Como tenía el aceite caliente y sobró una patata cocida de la cena, me he hecho unas patatas de Luxe Ibancito’s.
Jamoncito, chucrut, puntillas. Pan de sémola.
La envidia es malísima…Hace que no como huevos fritos…uhmmmm
Cosa! Eso sí que es viajar a la infancia! (Comer huevos fritos con puntillas y sin remordimientos)
Ese pan de sémola yo sé de dónde salió ;-)
Los placeres de la vida.
Envidia de la malsana, de la amarga-nivel-biliar, de la visceral, de la que provoca retortijones, de la que te obliga a coger un cuchillo y descuartizar el aire por no tener ni un vil cochino al alcance de la mano para, aunque sea, aprovechar el instinto asesino y, oiga usted, preparar unas morcillicas ya que estamos matarifes.
¿By Ibancito De Luxe? ¿Dónde he visto yo eso?
Uhm exquisitos, qué buena pinta tienen…