Parece mentira, pero hace ya casi año y medio que participé en el primer HEMC (Hecho en mi cocina), el evento mensual de los blogs culinarios. Desde entonces, se me han ido pasando uno tras otro sin participar. Hoy vuelvo a la carga con una receta manchega, sencilla y mesetaria; el atascaburras.
El atascaburras es un plato humilde y sencillo para los fríos de la meseta, un plato de esos que apetece comer con cuchara de madera y acompañado de un tinto masticable.
Se compone de un majado de ajos y aceite de oliva, al que se va añadiendo el bacalao desalado, ligeramente cocido, y las patatas cocidas. Se termina adornando con nueces y huevo cocido. Uno puede imaginarse fácilmente las condiciones en las que el ingenio cocineril de nuestros antecesores creó esta delicia. Por ser una receta canónica para el HEMC, no he añadido ni pimentón ni comino, alcaravea, azafrán u otras especias, a pesar de que puedo verlas perfectamente en la composición original de este plato.
Por un lado, tiene ese encanto de los platos pastoriles como las migas o el ajoarriero; platos surgidos en medio del camino, entre la necesidad y el ingenio. Por otro, en mi memoria de sabores, entronca con ese linaje de grandes y densos purés europeos, como el labskaus del norte de Alemania. Platos llenos de sabor con los que enfrentarse al trabajo en las más duras condiciones climáticas.
Para acompañar, hice una de mis guarniciones favoritas, pimientos del piquillo cocinados hasta sacarles un pilpil, como si fuera el mismísimo bacalao que compone el atascaburras.
Esta preparación la he conocido de toda la vida en casa. Se ponen a freír unos ajos y luego se echan los pimientos en tiras, se va cociendo los pimientos añadiendo agua y removiendo hasta que la mezcla se emulsione y cree el untoso pilpil. Es algo que hay que experimentar, porque la densa textura no puede ni imaginarse viendo solamente la foto. Al igual que para hacer el pilpil de bacalao, hay un truco muy sencillo, que va contra toda la lógica y tradición: poner a hervir la salsa a fuego máximo, haciendo que el hervor a borbotones ligue la emulsión por nosotros. Esto sólo tiene un peligro en el pilpil de bacalao, y es que con la evaporación y concentración de la salsa, la sal también puede concentrarse en exceso. En el pilpil de pimientos, por suerte, esto no sucede.
A modo de receta anárquica (para dos buenos pastores):
– Unas 5 patatas hermosas.
– Un buen tazón de bacalao desmigado (¿300-400 gr?). Esta receta tiene la ventaja de que las patatas absorberán con gusto el exceso de sal del bacalao, así que no hay por qué desalarlo en exceso.
– 2 huevos.
– Un puñado de nueces.
– 4 dientes de ajo.
– Bastante aceite (tal vez ronde los 200 cc, puede que más). Además se echa un poco al final como decoración. Ole.
– Sal a discreción.
* Para el plato de repetir, que siempre se repite, se puede echar pimentón (el plato no le hace ascos al picante) o comino molido.
** Durante años he hecho una versión «express» de este plato: pure de patatas de sobre, lata de atún, pimentón de la Vera. Si tienes kettle se hace en un minuto de cronómetro. Es nuestro «signature dish» (que dirían los finos) cuando vamos de camping, monte o cicloturismo, ya que es facilísimo de hacer y transportar. Un día de estos haré un post de gastronomía campingista, para añorar con gusto el verano, ahora que llegan los meses más oscuros y fríos.
¡Qué bueno, qué bueno! ; )
Sobre la gastronomía de camping, si te animas a publicar post, sigo tu estela… Estoy pensando que habría que proponer un HEMC de recetas de camping!!
Pues la verdad es que sí que podría ser un buen HEMC, pero seguramente sería mejor dejarlo para cuando empiece la temporada, ¿no?
Aunque tú y yo podemos montárnoslo de avantgarde-gastronómico-campestre, beibe…let’s rock and roll ;)
A ver si antes de que acabe la semana rescato alguna foto buena y pongo un par de ideas. Me gusta siempre poner fotos (más que texto) de las cosas de comer, por aquello de invitar a los sentidos de los visitantes; y no sé si tendré buen material… permanezcan a la escucha…
(Escribiendo desde el movil, si tildes ni enye… que conazo).
Ahi, ahi. Platos contundentes, que el frio empieza a hacer mella en la moral de las tropas… Aunque lo que me chifla de este plato no es su «densidas calorica», sino el nombre que le pusieron a la criatura, perfecta descripcion del devastador efecto vascular que podria provocar. Os imaginais que el bollicao se llamase «peta-ahortas» y la cocacola «provoca-diabetes»??? Que poca imaginacion tienen los inventores del siglo XX…
Por cierto, no estaria mal que al post campingero le acompanyase otro blog picniquista, tradicion de la cual, como ya sabes a estas alturas, soy fiel seguidor. No dudo que supondria una gran fuente de inspiracion.
Sir Anthony Worldgate.
P.D.- Lo de «vino masticable» me ha llegado al alma… a pesar de que gozo de una vergonzosa abstemia cronica.
Bloggeando desde el móvil??? …vaya farde, tú 8-)
Sí, sin duda estos son los platos que gustan a la afición, platos resios, pues. Platos que no esconden sus intenciones bajo sospechoso marketing.
Anoto, anoto lo del post picniquero, que también podría ser bueno, ¿tal vez podríamos proponer un HEMC conjunto camping/picnic?…veo que tu tienes varias entradas en tu blog que podrían triunfar!!