Depués de rechupetearme los dedos con el jarrete del otro día, me quedó un buen tupper con salsa en la nevera. La salsa estaba tan saturada con los jugos del jarrete, que en cuanto se enfrió se quedó tiesa como gelatina, así que algo había que hacer.
La salsa del jarrete, arroz traído desde España, ajos, unos champis…y poco más
El color oscuro del vino y el cordero tiñó el arroz con un tono especial. El resultado fue untuoso, la verdad es que quedó riquísimo.
Sí, esta es otra ventaja de los platos tradicionales «de toda la vida»: parece que son los más «sostenibles», porque se aprovecha todo todo todo. Me acuerdo que mi difunta abuela, que tenía un restaurante, criticaba los bares actuales por no saber aprovechar las cosas. Ella contaba que había que cocinar caldo de carne, y luego servir el caldo y también la propia carne con tomate, por ejemplo.
Si es que al final cocinar bien va a ser lo mejor hasta para el medio ambiente, fíjate tú.
Totalmente de acuerdo. Cada vez admiro más el ingenio (y también la tecnología e innovación!) que nos dio los platos que hoy consideramos clásicos o tradicionales. Es más, yo no soy nada bueno cocinando cosas tradicionales, así que disfruto una barbaridad cada vez que lo hago…además de esa especie de comunión con todos los que te precedieron elaborando cualquier plato cashero cashero :)